Valencia (España) 1942
Inició su carrera en solitario en 1981 recreando y recontextualizando algunos de los iconos más representativos de la historia del arte, asume de esta manera el trabajo realizado por el Equipo Crónica, del que fue miembro durante casi dos décadas. El artista valenciano crea un lenguaje propio retomando el uso de las series como medio para establecer variaciones sobre un mismo tema, pero con nuevas pautas gracias a su uso de la materia en la búsqueda de las texturas.
Los inicios de Valdés se dan en el Equipo Crónica, una de las manifestaciones pop más importantes de España en la época franquista basada en la reutilización de muchos elementos de la Historia del Arte.
En 1982 Valdés empieza sus revisiones artísticas con un acento más profundo en el soporte, en la utilización del collage y del papel con un sentido constructivo a la vez que inmaterial. En una época dominada por la abstracción informal o expresionista y por el criticismo formalista, Valdés se lanza a una figuración enormemente personal. Este realismo figurativo promete una legibilidad que el expresionismo abstracto no deseaba para la pintura, aunque en el fondo lo que ofrece es una figuración esterilizada y sobre todo desgarrada en su propia trama, en su lienzo.
La propuesta estética de Valdés no sólo es una de las más válidas del terreno nacional, es también, con clara ventaja, una de las voces más propias y reflexivas sobre la Historia del Arte en el ámbito de la estética internacional.
Valdés ha realizado exposiciones individuales en todas las partes del mundo, además de las innumerables presentaciones del Equipo Crónica. Por otra parte, en sus veinte años de camino en solitario Manolo Valdés ha cosechado multitud de premios:
(Fuente: Kosme de Baraño, Guggenheim Bilbao)